Mi Volkswagen (3ª parte) : personalización
Ante la imposibilidad de encontrar unas defensas acordes a mi modelo, finalmente tuve que acoplarle unas correspondientes a versiones posteriores: las delanteras equivalen a las de un 1303 o standard del '73 mientras que las traseras serían iguales a las de cualquier post-71. Solo hubo que ajustar unos nuevos orificios para la trasera para que encajaran a la perfección en los soportes originales.
Mención a parte merecen los retrovisores. Aconsejado por Fernando, alias FerT2, un miembro furgonetero del Club VW Gozón, me convenció para que le diera un toque vintage acoplando unos retrovisores situados en las bisagras de las puertas. El retrovisor izquierdo (lado conductor) es de tipo redondo, tal como equiparon los VW a partir de 1946 hasta principios de los '60's. El derecho se trata de un modelo especial, asimétrico y con el brazo más largo para mejorar la visibilidad.
En mi afán de darle ese toque clásico, sustituí todas las gomas de las ventanas y parabrisas, ya que las laterales llevaban un junquillo de plástico en imitación cromo que había perdido el color, y el resto eran lisas. Le acoplé unas nuevas gomas con un junquillo de aluminio, cuya labor de búsqueda que me dió bastantes quebraderos de cabeza, al ser un detalle propio de modelos antiguos con cristales más pequeños que el mío, ya que el tamaño que se adaptaba para mi VW sólo estaba disponible en plástico. Finalmente, dí con un fabricante que manufacturaba dichas gomas y junquillos en el tamaño adecuado.
El capot delantero recibió la insignia de VW, la tira cromada central y el escudo de la ciudad de Wolfsburg. Debido a este escudo, la tira cromada tuvo que ser adaptada al ser demasiado larga, pues correspondía a los modelos de Volkswagen que carecian de dicho emblema.
Las llantas se pintaron a juego con la carrocería, en Azul Acuario. Además, se le instalaron unos tapacubos Babymoon cromados y lisos, similares a los montados por los Porsche 356 de los años '50's. A la vez, los neumáticos fueron decorados con un kit de banda blanca de goma, para simular de este manera los antiguos neumáticos de época. Está previsto que sean sustituídos por unas cubiertas con los flancos blancos originales.
En el apartado mecánico no realicé ninguna modificación, tan solo sustituí los viejos conductos de la calefacción de cartón, por otros de aluminio, y reparé el escape original. El escape presentaba un estado desastroso, con la parte del silencioso perforada por múltiples puntos y una cola de escape que no era otra cosa que un trozo de tubería de acero inoxidable cuyo anterior dueño había encajado sobre el original oxidado.
El escape de estos modelos mexicanos a inyección cuentan con la particularidad de que la parte del silencioso y la del catalizador están soldadas, son completamente solidarias y forman una unidad. Por lo que en caso de sustituir el silencioso, hay que cambiar todo el conjunto con el enorme coste económico que esto conlleva (sobre 750 € + gastos de envío). Así que se reparó convenientemente, soldando alrededor y el lateral del original chapa de acero galvanizado. Se eliminó la fea cola de escape y se realizó a medida otra nueva de acero inoxidable. Finalmente, el conjunto silencioso-catalizador se cubrió con pintura de zinc. La tornillería se sustituyó por otra en inoxidable. El cambio de rumorosidad ha sido notable y a nivel estético, también.
Mis planes era estrenar el "nuevo" coche en la III Concentración VW Cuencas Mineras de Asturias, organizada conjuntamente por los Clubes de Gozón y León, el 22 de Abril del 2006, un mes justo tras el comienzo de los trabajos. Y como en cualquier obra, a pocos días comenzaron los problemas. La luneta trasera se rompió por un descuido al caer al suelo, algunas gomas de la carrocería no concordaban con el pedido y los tapacubos...tenían la fea manía de salir despedidos a los pocos metros recorridos, además de algunos detalles más.
El mismo día que se celebraba la concentración (con inscripción pagada y reserva de hotel incluída ya por mi parte) me encontraba con mi VW sin luneta y probando diferentes maneras de encajar los tapacubos... finalmente, llegó la luneta por la mañana y tras estar peleando durante bastante tiempo, nos dimos cuenta que las gomas no correspondían, por lo que se optó por colocarla con la goma antigua sin junquillo. Tras resolver el problema de los tapacubos, partí junto con mi pareja, raudo hacia Teverga, lugar de la Concentración... y llegué por los pelos, a escasos minutos de que la caravana aircooled partiera de ruta. Por suerte, había avisado a la organización de mi posible tardanza. Una anécdota a añadir, es que con las prisas...se nos olvidó enganchar el cable que abre el maletero delantero, por lo que el capó quedó fijo y todas las maletas tuvieron que viajar entre los asientos.
Pero por suerte, el coche acaparó muchos elogios y alagos de los allí presentes.
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